Educación Emocional, una educación para la vida y durante toda la vida

Mucho se habla de las emociones y de los conocimientos sobre el cerebro humano que vamos teniendo a través de las investigaciones de las neurociencias. Sin embargo, desde mi manera de mirar y de observar, mucho también se simplifica o se trastoca en algunas ocasiones.

Debemos alcanzar los fundamentos que explican la importancia de las emociones en nuestras vidas -durante toda nuestra vida- paso a paso, con rigor científico, con evidencias, atendiendo a los por qué y cómo de un desarrollo con bienestar emocional de las personas.   

 Debemos comprender el camino de ida y vuelta que desde las emociones se orienta y llega a nuestra construcción afectiva –de los sentimientos-, de nuestra personalidad o nuestra identidad.  

Sabemos de la enorme importancia de una alimentación saludable y educamos para que las personas sepan alimentarse; compartimos el deseo de la educación física y del deporte y repetimos en latín eso de una mente sana en un cuerpo sano. Pero, sin embargo, todavía apenas si hemos empezado a comprender que el bienestar emocional debe ser explicado y educado durante toda la infancia -durante toda la vida, deberíamos decir- al igual que el bienestar físico.

La autonomía y la prevención en el cuidado emocional también tiene una enorme trascendencia porque forma parte de nuestra salud, además de nuestra educación, y por tanto tiene consecuencias en todos los aspectos de nuestra vida.

Estamos hablando de aspectos como nuestra mejora o éxito académico o profesional, de gestionar las presiones de la vida cotidiana o de relacionarnos y participar en nuestro mundo con felicidad (OMS). Cada quien podrá valorar inmediatamente el alcance que esto tiene para su vida y la de las personas a las que tiene que educar y acompañar en su propio proceso de vida. 

El propósito de Educación Emocionante es el de que la Educación Emocional sea una educación para la vida y durante toda la vida.