Quién soy, qué pienso, qué creo

Después de más de 20 años de experiencia profesional dedicada al diseño y la puesta en marcha de programas educativos llevaba muchos años manteniendo un debate sobre los que yo consideraba aspectos fundamentales en educación que siempre me dejaban una inmensa sensación de vacío. Era prácticamente imposible no encontrarme con alguien que no terminara diciéndome aquello de que “todo eso es muy bonito pero la realidad es otra cosa”. 

 Después de todos estos años sin embargo he seguido pensando que la educación es algo en lo que cada niño y cada niña se juegan mucho más que aprender unos contenidos y que, en todo caso, no todas las maneras de
aprenderlos son válidas si se hace sin bienestar y sin desarrollo.  

 La enseñanza debe sostenerse en la educación, en el desarrollo en equilibrio de todos los planos de la persona. Pero además, la educación debe sostener -además
de la enseñanza de un currículo- las estrategias para que ese desarrollo en equilibrio permita una vida con bienestar emocional. Aprender con y por medio
del bienestar emocional. Vivir las etapas del desarrollo con bienestaremocional. Relacionarse y expresarse en el mundo con bienestar emocional. 

 Creo absolutamente que la educación es un proceso que no se agota en la educación formal. Creo profundamente que la educación es un proceso para la vida y durante toda la vida. Creo absolutamente en la educación como la
esperanza para construir personas mejores y más felices, en un mundo mejor y más lúcido.